Alquilar una vivienda de forma habitual o de larga duración no es solo una cuestión de llaves y mensualidades. Se trata de formalizar un acuerdo legal que debe estar redactado con precisión para evitar malentendidos, proteger tus derechos y asegurar una convivencia tranquila.
Ya seas propietario y estés valorando alquilar tu vivienda, inmueble o piso, o estés preparando un contrato de larga duración, por tu cuenta y riesgo, es imprescindible conocer qué cláusulas son obligatorias y recomendables para establecer una relación clara y segura entre ambas partes.
En esta guía de Delagua Inmuebles te explicamos, con un lenguaje accesible y práctico, los elementos o cláusulas esenciales que debe incluir todo contrato de arrendamiento de vivienda habitual o de larga duración.
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¿Qué es un contrato de alquiler de vivienda habitual?
Se trata de un acuerdo legal entre dos partes: el arrendador (quien cede el uso de la vivienda) y el arrendatario (quien la ocupa), con el objetivo de que esta se convierta en su residencia habitual a cambio de una renta mensual.
La clave de este tipo de contrato de arrendamiento es precisamente su finalidad: establecer el domicilio permanente del inquilino. Y eso conlleva derechos y obligaciones concretos regulados por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), distintos a los contratos de alquiler de temporada o alquiler turístico.
En Delagua Inmuebles gestionamos decenas de contratos de arrendamiento como este cada mes, y sabemos que una buena redacción inicial evita problemas futuros y aporta seguridad jurídica desde el principio.
10 Cláusulas esenciales que debe incluir todo contrato de alquiler de vivienda habitual o de larga duración (Arrendador)
El contrato de arrendamiento es la base de una relación transparente entre propietario e inquilino. Cuanto más claro y completo sea, menos probabilidades hay de sufrir malentendidos o conflictos durante la vigencia del alquiler.
Estas son las cláusulas fundamentales que no deben faltar en ningún contrato de alquiler de vivienda habitual o de larga duración.
1. Identificación de las partes
Todo contrato de alquiler debe comenzar identificando claramente a las dos partes firmantes: arrendador y arrendatario.
- Nombre y apellidos completos
- DNI o NIE
- Domicilio actual
- Y cualquier otro dato relevante que permita vincular legalmente a cada parte.
Esta información es esencial para que el contrato de arrendamiento tenga validez jurídica y para delimitar con precisión quién asume cada obligación y derecho.
2. Descripción del inmueble alquilado
Aquí se debe detallar al máximo el inmueble objeto del contrato:
- Dirección completa
- Tipo de vivienda (piso, chalet, estudio, etc.)
- Superficie útil
- Estancias disponibles
- Anexos incluidos (garaje, trastero, etc.)
- Estado de conservación
Esta cláusula permite evitar disputas sobre qué se incluye exactamente en el alquiler y en qué condiciones se entrega el inmueble.
3. Duración del contrato del alquiler y prórrogas
La duración mínima legal para un contrato de vivienda habitual es de 5 años si el arrendador es persona física, o 7 años si es jurídica. Salvo que el inquilino decida no renovar, se prorroga automáticamente.
En el contrato debe constar con claridad:
- Fecha de inicio
- Duración pactada
- Condiciones para la prórroga
- Posibles causas de resolución anticipada
Esto aporta estabilidad al inquilino y previsibilidad al propietario.
4. Importe y forma de pago de la renta
Debe figurar el importe mensual del alquiler, así como:
- Forma u método de pago (transferencia, efectivo, etc.)
- Fecha límite de pago
- Penalizaciones por retraso (si las hubiera)
Una cláusula clara sobre la renta ayuda a mantener una relación profesional y fluida entre ambas partes.
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5. Actualización de la renta
En los contratos de larga duración, es habitual incluir una cláusula de revisión de la renta anual. Las fórmulas más utilizadas son:
- Índice de Precios al Consumo (IPC)
- Índice de Garantía de Competitividad (IGC)
Debe indicarse explícitamente qué índice se usará, cada cuánto se aplicará la revisión y cómo se notificará al inquilino. Esta previsión evita sorpresas y permite a ambas partes planificar con antelación.
6. Fianza y garantías adicionales
La ley exige una fianza equivalente a una mensualidad. También pueden incluirse:
- Depósitos adicionales
- Avales bancarios
- Seguros de impago
Todo esto debe reflejarse claramente en el contrato de alquiler y en Delagua Inmuebles, nos aseguramos de que estas garantías sean proporcionales, legales y razonables, evitando abusos o malentendidos.
7. Mantenimiento, reparaciones y obras
Esta cláusula debe delimitar con precisión quién se encarga de:
- Reparaciones estructurales
- Conservación general
- Pequeñas averías derivadas del uso
Lo habitual es que el propietario se responsabilice de lo estructural y el inquilino del uso ordinario. Especificar esto en el contrato del alquiler de una vivienda de forma habitual evitará futuros conflictos sobre quién paga cada intervención.
8. Derechos y obligaciones del inquilino y propietario
Ambas partes (arrendador y el arrendatario) tienen derechos… y obligaciones. El contrato debe detallar aspectos como:
- Derecho del inquilino al uso pacífico de la vivienda
- Obligación del propietario de garantizar la habitabilidad
- Compromiso del inquilino de mantener el inmueble en buen estado
- Prohibición del propietario de entrar sin autorización
Este equilibrio garantiza una convivencia contractual saludable.
9. Resolución anticipada del contrato de arrendamiento habitual
Es posible que una de las partes quiera finalizar el contrato antes de tiempo. La ley permite al inquilino desistir tras los seis primeros meses, avisando con 30 días de antelación.
También puede acordarse una compensación económica proporcional. Esta cláusula debe incluir:
- Condiciones del desistimiento
- Posible penalización o indemnización
- Forma de notificación
Tener esto por escrito reduce tensiones si la situación se presenta.
10. Otras cláusulas útiles y recomendadas (uso, mascotas, subarriendo)
El contrato puede ampliarse con cláusulas opcionales, pero muy útiles, como:
- Uso exclusivo como vivienda habitual (no oficina)
- Permiso o prohibición de tener mascotas
- Restricciones al subarriendo
Aunque no sean obligatorias, estas condiciones evitan conflictos si se presentan situaciones no previstas inicialmente.
Si no sabes cómo incluir estas cláusulas correctamente, nuestro equipo puede ayudarte a redactar un contrato completo y adaptado a la normativa. Solicita tu asesoramiento individualizado sin compromiso
Consejos antes de firmar un contrato de arrendamiento (Arrendatario)
Antes de estampar la firma en el contrato de alquiler, conviene hacer una lectura detallada de cada cláusula. Un pequeño descuido puede derivar en problemas legales, restricciones abusivas o tensiones innecesarias entre las partes.
Desde Delagua Inmuebles te compartimos dos recomendaciones clave para proteger tus derechos y garantizar una experiencia de alquiler segura.
Detección de cláusulas abusivas
Algunos contratos pueden incluir condiciones que, a simple vista, parecen normales, pero que en realidad vulneran derechos básicos del inquilino. Por ejemplo:
- Imponer plazos mínimos excesivos sin opción de desistimiento.
- Establecer penalizaciones desproporcionadas por retrasos o salida anticipada.
- Limitar injustamente el uso de la vivienda o prohibir acciones razonables.
Si detectas alguna de estas condiciones, es importante negociar su modificación. Firmar no implica que sea legal: los jueces pueden declarar nulas estas cláusulas si son abusivas.
Revisión con asesoría legal si es necesario
Aunque existan modelos de contratos de alquiler estándar, cada situación de alquiler es única. Puede haber particularidades del inmueble en alquiler, de las condiciones económicas o de convivencia que requieran ajustes específicos.
Por eso, si tienes dudas sobre alguna cláusula o quieres asegurarte de que el contrato te protege adecuadamente, es recomendable contar con el respaldo de un profesional, como nosotros, en el que protegemos y velamos por los intereses, tanto para el arrendador (propietario) como para el arrendatario (inquilino).
En Delagua Inmuebles, revisamos y redactamos los contratos para que se ajusten a la ley, protejan tu patrimonio y reflejen con claridad los acuerdos alcanzados entre las partes.
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Conclusión: Seguridad jurídica y claridad desde el principio (Protegiendo al Arrendador y al Arrendatario)
Un contrato de alquiler bien redactado no es solo un documento más: es la herramienta que garantiza una relación transparente, equilibrada y segura entre propietario e inquilino.
Definir con claridad las cláusulas esenciales, adaptarlas al caso concreto y prever posibles escenarios futuros es clave para evitar conflictos y proteger los intereses de ambas partes.
En Delagua Inmuebles creemos firmemente que un buen arrendamiento comienza con un contrato sólido y ajustado a la ley. Y si además cuentas con apoyo profesional, podrás alquilar tu vivienda con total tranquilidad y sin riesgos innecesarios, ya seas propietario de un inmueble o estés buscando alquilar una vivienda en Madrid.
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